martes, 23 de febrero de 2010
John Berger
John Peter Berger es un crítico del arte,pintor y escritor. Entre sus obras más conocidas están G., ganadora del prestigioso Brooker Prize en 1972 y el ensayo de introducción a la crítica de arte, Modos de ver, el cual es un texto de referencia básica para la historia del arte.
Una de sus obras mas conocidas "G"
John Berger es hijo de un converso al cristianismo y a quien el servicio como oficial de la infantería en el ejército británico durante la Primera Guerra Mundial le quitó las ganas de ser sacerdote, pero no la fe. De su padre, dice el propio Berger, heredó el talento para la pintura y cierta moral de soldado que siempre ha intentado imitar.
A los 16 años se escapó del St. Edward’s School de Oxford decidido a estudiar arte . Obtuvo una beca para estudiar en la «Central School of Art» de Londres, aunque pocos años después se enrolaría en el ejército británico, donde sirvió entre 1944-1946. Finalizada la guerra, retoma sus estudios en la «Chelsea School of Art» con otra beca, esta vez concedida por el propio ejército. Entre 1948 y 1955 impartió clases de dibujo en la misma escuela donde Henry Moore impartía clases de escultura. Durante ese periodo traba vínculos con el partido comunista británico y no tardará en empezar a publicar artículos en el Tribune, donde escribiría bajo la estricta supervisión de Georege Orwell . En 1951 comenzó un periodo de colaboración con la revista New Stateman, colaboración que se prolongaría hasta diez años y en la que se revela como crítico de arte marxista y defensor del realismo. En 1960 se publica Permanent Red, volumen que recogerá una selección de los artículos publicados en New Stateman.
A los treinta años decidió dejar de pintar para dedicarse completamente a la escritura, no porque, según sus palabras, dudara de su talento como pintor, sino porque la urgencia de la situación política en la que vivía (plena guerra fría) parecía requerir de él que se pusiera a escribir. En 1958 publicó su primera novela, Un pintor de nuestro tiempo. En ella se relata la vida de un pintor húngaro exiliado en Londres. El evidente compromiso político de la novela y el realismo con el que se narraba —siempre en primera persona—, hizo pensar a muchos que se trataba de un diario íntimo y no de ficción.
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